viernes, 9 de agosto de 2013

surcando las ondas

Durante estos últimos meses he realizado en la radio de mi pueblo un programa que, ahora, ha acabado. Hora por tanto de echar un vistazo a la experiencia que ha supuesto este proyecto.

Sopesé, y surgió, la posibilidad durante los meses que estuve sin trabajar, y aunque al principio reconozco que me daba mucho miedo tampoco tenía mucho que perder, por lo que me dije: adelante.

El programa, como no podía ser de otra forma, iba de literatura, y cada dos semanas, que era cuando se emitía, estaba acompañado de alguno de los libreros del pueblo y comentábamos un libro. Y la verdad es que las librerías me han sorprendido gratamente ya que no han tirado de novedades más o menos facilonas para preparar el programa, sino que por el contrario han tirado de sus gustos y aficiones, se han decantado por autores regionales o hemos hablado de libros que ya tienen tanto unos añitos como una calidad innegable.

También teníamos un espacio dedicado al centenario de Salvador Espriu en el que leíamos un extracto de una de sus obras y hablábamos un poco de ella.

Esos eran los programas normales, luego tuvimos unos especiales en los que entrevisté a varios autores nóveles, como Antonio Bazalo, por ejemplo, o el día que la autora Montse de Paz, ganadora del premio Minotauro en 2011 (¡y cómo pesa la estatuilla en cuestión!!) y buena amiga me cedió un relato para el especial de Sant Jordi.

La verdad es que como experiencia ha sido muy gratificante, si bien al principio realizar el programa en catalán me suponía un reto (aunque llevo ya cinco años aquí no es mi lengua materna), me ha servido para desenvolverme y para conocer el mundo de las ondas, aunque a un nivel muy, muy limitado, claro. Pero agradezco a Miriam que me diese la oportunidad de probar y a Toni por haberme acompañado desde la mesa de control y animándome en esos primeros días en los que constantemente me preguntaba si lo estaba haciendo bien, si se me escuchaba bien,…


Y tal vez cualquier día suba por aquí un podcast para que podáis escucharme, advertidos estáis, je, je.

jueves, 13 de junio de 2013

3...2...1...reiniciando...

Hace ya muchos meses que escribí una entrada un poco pesimista en este blog, y luego desaparecí. Hablé con algunos de vosotros y ahora puedo escribir aquí que si me alejé no fue porque ya no creyese en lo que hacía, como algunos me hicisteis saber, sino porque cambios en mi vida me sumergieron en una situación hasta ese momento desconocida para mí. En efecto, como uno más de las personas que viven en esta bendita península ibérica, engrosé las filas del paro, y jamás me había encontrado en esa situación, motivo por el que me vi abocado a una situación personal en la que no sabía por dónde seguir. Así que me alejé de todo e investigué nuevos caminos: abandoné este lugar y mi manuscrito y en su lugar me alojé en un programa de radio sobre literatura que mantengo en la radio de mi pueblo y visité las tenebrosas calles de Villaespino, proyecto del que ya había hablado aquí (bajo el nombre de Aldeaespino) y al que la falta de tiempo me había impedido dedicarme. En fin, fue una ruptura en toda regla con todo lo establecido hasta ese momento.
Ahora época ha pasado, he encontrado otro puesto de trabajo que me gusta y que me realiza, y los diversos proyectos que he encarado me han enriquecido, el programa de radio sigue y el proyecto «Villaespino» está prácticamente acabado.
Así que es hora de volver por estos fueros. Y vuelvo sabiendo que muchos os habréis marchado, y que esto prácticamente es un reinicio, pero precisamente por ello tengo fuerzas similares a las del día que escribí la primera entrada, así que digamos que es un renacimiento, cuan ave fénix (no en vano tengo un fénix tatuado en la espalda, me identifico bastante con su simbología). A esta (nueva) primera entrada del blog la acompaña un nuevo diseño del blog, algo que refleja también el cambio.
Además me he reencontrado con mi abandonado manuscrito, el tercer volumen de la trilogía de La Loggia della Morte, y debo reconocer que me está resultando difícil volver a tomar las riendas de la historia de Gustav y el resto de nigromantes, demonios y hechiceros que pululan por sus páginas, son un poco indómitos y creo que me están haciendo pagar por los meses que los he mantenido recluidos en mi mente, ahí calladitos.
Más adelante os hablaré también de Villaespino y os contaré exactamente en qué consiste y quién ha colaborado en este proyecto, pero por hoy es hora de ir acabando, así que solo me queda por decir que me siento ilusionado con esta nueva etapa de mi vida y que espero reencontrarme con vosotros por aquí o en otros lares.