martes, 18 de enero de 2011

Traspasando el ecuador

En estos primeros días de 2011 en que me siento igual que acabé el 2010, es decir, como el conejo blanco de Alicia en el País de las Maravillas, me ha sucedido algo especial: he llegado al meridiano de mi trilogía.

Cuando comencé a escribir la primera novela de esta trilogía veía este punto lejano, y casi sin darme cuenta he llegado. Es un punto de inflexión para los personajes pero también para mí, a partir de ahora la trama va a exigir de mí un esfuerzo suplementario.

Y la verdad es que todo el asunto me da un poco de miedo. Me pilla esta situación en un punto de mi vida personal con continuos cambios, y un año laboral que preveo complicado, y la verdad es que no atino a saber el tiempo del que podré disponer para seguir con Nigromantia. Me sigo diciendo que voy a tratar de escribir aunque sea un par de líneas cada día, pero el hecho es que esta semana pasada solo he podido ponerme frente al teclado un par de días. Y eso que esta era la parte "fácil" de la trilogía, ahora que comienzan los escollos creo que mi avance va a ser bastante más lento.

Pero es que la vida del (padre) escritor es muy dura, je, je. Luego resultará que todo será mucho más fácil de lo que me pensaba y todo irá sobre ruedas. Y entonces por supuesto que os lo contaré.

Ahora os dejo, que aprovecharé para escribir un rato, tengo a un pobre personaje que asesinar, lo siento por él.