jueves, 18 de febrero de 2010

Realidad alternativa

Hoy me he levantado dando un salto mortal (Hombres G dixit) y he decidido que en vez de ir a mi hotel me marchaba al Programa de Ana Rosa. Allí me he sentado en su mullido sillón y he comenzado a hablar de gente de la que no tenía ni idea pero de la que me he inventado unas cuantas cosas que dan vidilla a esta televisión que sufrimos. Tanto les ha gustado que hasta me han invitado al Sálvame de por la tarde, pero he tenido que negarme porque me esperaban en la obra. Cuando he llegado he diseñado los planos de un edificio, pero teniendo en cuenta que soy de letras y que no me acuerdo ni de cómo hacer una ecuación, pues sé que se va a caer a los dos días de haberlo construido, si llega. Pero no me importa, porque ya habré cobrado el diseño.
Después de tan arduo trabajo he dudado entre ir al hospital a operar de apendicitis a un paciente (ahora, con la seguridad social actual, más paciente que nunca), o irme al partido del Real Madrid contra el Barça. Me apetecía moverme un poco, así que me he plantado en el Camp Nou, he entrado en el vestuario, me he puesto la camiseta azulgrana y he salido al césped. Ni me he acercado a Iker Casillas (por cierto iba a mi instituto, pero esa es otra historia que ya os contaré otro día, la famosa hornada que salió de Móstoles), y de hecho prácticamente no he tocado pelota, pero he pegado una patada a CR) y aunque me han sacado una tarjeta roja me he quedado muy relajado. Y lo más gracioso es que la gente, a lo largo de todo el día, me ha aplaudido, me ha vitoreado y ha gritado mi nombre.

No todos servimos para todo, señores, los hay que comentan, que operan, que diseñan, y que juegan al fútbol. Y también los hay que escriben.
Por eso mismo me molesta ver que grandes hermanitos, tertulianos de poca monta y futbolistas más preocupados por cremas y fiestas que por jugar, se dediquen a escribir (o eso dicen, que algún negro debe haber por ahí, ¿verdad, Ana Rosa?).
Y me molesta más que haya gente que haga colas para sacarse una foto y que les firmen el libro que, se supone, ellos han obrado.
Me molesta, digo, porque desde que llevo en este mundillo he conocido gente y he leído obras que merecen, por su calidad, esa fama, ese contrato con la gran editorial y ese número de ejemplares vendidos que los personajillos que arriba menciono sí que consiguen.
Que el mundo es injusto, lo sabemos. Que el mundo está comenzando a volverse imbécil, eso me estoy dando cuenta en los últimos tiempos.
Ahora os dejo, que tengo carrera de Fórmula 1 en el circuito de Montmeló.

lunes, 8 de febrero de 2010

Promesa

y aquí os dejo el cuento que llevé a la kedada, espero que os guste.



PROMESA

Cada vez que llegan estos días del mes me pongo nervioso. Por muchos factores, pero el principal de ellos es que llevamos tres años intentándolo y de momento no hemos conseguido resultados, no he cumplido lo que le prometí el día que le pedí que se casase conmigo.
Tres años de decepciones con las primeras manchas mensuales, con altibajos emocionales por no conseguir lo ansiado, con ese leve sentimiento de envidia que te corroe cuando ves que tus amigos viven el momento que a ti te es negado.
Tres años deseando ser padres sin conseguirlo.
Pero hoy es el día. La noche, mejor dicho. Según el calendario ginecológico debemos intentarlo ahora que ella se encuentra en su momento álgido de fertilidad.
Me toma de las manos y caminamos silenciosos hasta la habitación. A oscuras recorro su cuerpo desnudo, de sobras conocido, y nos fundimos en un abrazo.
Siento una leve presión en el pecho, pero no le doy importancia. Sí, últimamente voy a cien por hora en todos los aspectos de mi vida, pero ahora simplemente tengo que disfrutar de su compañía. No importa el tiempo allí, en nuestro particular universo. La miro y veo sus ojos cerrados, tal vez dirigiendo una plegaria a su Dios, rezando para que esta vez sea la definitiva.
La presión en mi pecho se hace más fuerte y siento dolor. Mi torso se estremece, pero ella no lo siente.
Al momento siguiente me encuentro a los pies de la cama. Mi cuerpo permanece unido al de mi mujer, y se mueven en consonancia, pero mi esencia se ha separado de ellos. Observo extrañado la escena, mientras escucho unas voces que me llaman desde el otro lado de la puerta, esa plancha de madera que en los momentos de intimidad cerramos para que nos separe del mundo. Voces al otro lado, voces que me llaman y me piden que me una a ellos.
Estoy asustado, porque en este nuevo estado comprendo muchas cosas. Veo mi cuerpo moverse, pero sé que está muerto. Paro cardíaco, dictaminarán, algo extraño en alguien de mi edad. Pero extraño no es lo mismo que imposible, ¿verdad?
He muerto, y sin embargo algo anima mi cuerpo, algo le permite seguir esa íntima comunión con ella, a pesar de que no me encuentro dentro de él. ¿Qué es? Me doy una metafórica palmada en la frente. Está claro que aquello que mantiene mi cuerpo activo es mi amor por ella, y la firme convicción en la promesa que le hice. Aquel día le aseguré que la convertiría en La madre de mis hijos y, vivo o muerto, es evidente que pienso cumplirlo.
El clímax llega, finalmente y con ese curioso orgullo que todos los hombres poseemos me digo que no he estado tan mal, sobre todo para estar muerto. Entonces me doy cuenta de que el comentario no tiene nada de gracioso y, si pudiese, lloraría.
Mi cuerpo se separa del de ella y cae de manera pesada hacia un lado. Ella recupera lentamente la respiración, tumbada boca arriba. Es increíble, no se ha dado cuenta.
La miro, pretendiendo ignorar a las voces que me apremian desde el otro lado de la puerta. Quiero verla el máximo tiempo posible, porque me temo que en cuanto salga de la habitación nos separaremos durante un largo tiempo. Ella me pregunta si me he dormido y, claro, no puedo contestarla. No al menos con una voz que ella oiga, aunque os juro que estoy gritando.
Entonces lo siento, percibo algo en ella. Parte de mí ha conseguido echar raíces en su interior, objetivo conseguido. Una diminuta vida comienza en su útero, he cumplido mi promesa. Bueno, mi cuerpo ha cumplido su promesa.
Me gustaría decirle una vez más que la quiero, y que quiero que sea muy feliz, pero sé que no me va a escuchar, por lo que ni lo intento. Pienso con tristeza que no veré la cara de mi hijo, pero me consuelo al saber que no la dejo sola, que le tendrá a él. Porque es un niño, eso también lo sé, un niño al que pondrá mi nombre.
Me giro y camino hacia la puerta. No necesito abrirla, y no quiero intentarlo por si lo consigo y la asusto. En vez de ello la atravieso y echo un vistazo al pasillo. Vaya, lo que hay aquí no parece que esté tan mal, ¿no?
Escucho en ese momento el grito, la comprensión que, finalmente, ha llegado hasta ella.

kedada literaria 3.0

El sábado día 6 un grupo de aficionados a las letras nos reunimos en Badalona como llevamos haciendo desde Junio del año pasado en intervalos de 3 o 4 meses. Esta era la tercera reunión, y el balance fue muy positivo, con un número creciente de asistentes, en esta ocasión éramos nueve personas, dos más que en la anterior, y en la próxima superaremos la decena, ya que hubo gente que no pudo venir pero no por falta de ganas.

Repetidores nos encontrábamos Montse (conocida como Elisabet por estos lares), Xavi (nuestro Grendelkhan de Prosófagos), Carolina (que sigue sumando proyectos y futuras ediciones de sus novelas, ¡esta chica no para!) y yo.

En cuanto a los nuevos asistentes nos encontramos con Laura, que nos llevó a su retoño al que ahora está dando forma, Domingo (que es todo un poeta nos leyó un texto, según él el peor de los que había escrito,y nos dejó a todos asombrados), Antonio (con su proyecto de fantasía ambientada en nuestro mundo y del que tenéis buenas muestras en su web:www.astralis-saga.com), Paul (escritor de novela negra y que con un retazo de su segundo manuscrito nos transportó hasta la convulsa y sangrienta toma de la Bastilla), Pedro (que nos presentó su novela Vestigios de Raza, un mundo gobernado por el agua y que, la verdad, tiene buena pinta) y Javier (zoquete para los prosofágicos, que llegó casi al final pero con el que mantuvimos Xavi, Laura y yo una interesante conversación sobre la naturaleza de los blogs en el trayecto de vuelta en el coche).

Apuntamos como faltantes a Isabella y a Janet, así que chicas la próxima vez no podéis no asistir, que véis que pasamos lista.

Tras las presentaciones de los nuevos asistentes comenzó la conversación-debate sobre el tema escogido, el e-book y su repercusión. Como gente de letras que somos, claro, la mayoría nos mostramos en desacuerdo con el aparatito y sus funciones, con la salvedad de Antonio y de mí, que levemente defendimos algunas de sus ventajas, si bien es cierto que Xavi dijo una de las cosas más acertadas, y es que ha nacido para morir, aunque convinimos que tal vez no debía morir sino mutar a algo más perfeccionado y con más prestaciones. Pero vamos, somos gente que adoramos pasar páginas y oler las páginas de un libro nuevo y estábamos de acuerdo en que no hará desaparecer la literatura tal y como ahora la conocemos aun con las ventajas que tiene como el ahorro de espacio (necesario en casas como la mía, todo hay que decirlo).

La conversación derivó en las ventajas e inconvenientes de subir nuestra obra a la red, y aquí sí hubo un poco más de debate, sobre todo en la cuestión de pirateos, ceder gratis nuestras obras,... no os cuento más, sobre todo para que os quedéis con ganas de asistir a la próxima, je, je. No, en serio, os aseguro que fue una conversación interesante.

La última parte de la kedada la dedicamos a leer algo de lo que habíamos llevado (punto negativo para mucha gente, ellos saben quienes son, que no hicieron los deberes, je, je). Hoy subiré una segunda entrada al blog con el cuento que leí para que lo destripéis a gusto.

Y cuando nos quisimos dar cuenta era hora de marcharse, así que cogimos nuestros bártulos, así como un ejemplar de cada uno de los cuatro números de la revista Prosofagia que gentilmente nos llevó Montse, así como la entrevista digital que se hizo a Julio Maruri para la misma revista. Gracias por el detalle, amiga.

Así que ahora, como siempre, emplazaros a la siguiente reunión, prevista para fines de Abril, e invitaros a los que podáis y queráis venir.